y cruzando el puente se notaba como el ambiente cambiaba, como si hubiéramos cruzado un portal...
A la vuelta una cervecita improvisada, y... pausa a la mágia:
Preguntamos cuanto debemos allí, y el tio contesta algo q no fuimos capaz de enterarnos en su momento, pero luego comprendimos, fue hacer cuentas en la calculadora.... a ver:
1,50 + 1,50 ...... hummmmmm 3 €!!!!! Jo, lo que hace el LSD....
Pero bueno, nada como volver a casita con meu namorado, abrir una Paulaner... y seguir con la magia!
Que bueno, es lo que tiene pedir la cuenta en un "buteco" pero claro el camarero dirá que para que están las calculadoras.
ResponderEliminarLo mejor fue esperar casi un minuto cada vez que abría una cerveza (desde que situaba el abridor encima hasta que lo accionaba).
Lo mejor la foto, el gostoseo de "mamilo malo" y la paulaner, Ay oma q rica.